agosto 2016

miércoles, 10 de agosto de 2016

MI FAMILIA ES UN DISEÑO DE DIOS




Definitivamente estamos en nuestros últimos días en la tierra, la palabra de Dios se está cumpliendo. Es notable que las cosas hoy están más difíciles, desastres naturales, el avance de la ciencia y muchas otras cosas como el libertinaje sexual que hoy está afectando a nuestras familias.

Pero siempre hay una esperanza. Muchos hoy quieren cambiar la mentalidad y las creencias que basamos en la palabra de Dios como aquella de que no somos hombre o mujer sino que así la sociedad y nuestros padres nos lo hicieron creer, lo cual declaramos absolutamente falso. La palabra es muy clara al decir que nos creó varón y hembra, (Génesis 1:27)  al hombre dió características varoniles, como la fuerza al igual que la mujer dio su delicadeza entre muchas otras cosas.

Dios mismo nos diseñó para que fuéramos hombres y mujeres como él lo quiso, así mismo les pidió al hombre y a la mujer (Adán y Eva) que crearan familias, que se multiplicaran y llenaran la tierra (Génesis 1:28). Éste siempre ha sido el modelo de Dios, su voluntad ha sido bendecir las familias de la tierra así como él la ha instituido y aunque muchos otros quieran hoy o mañana distorsionar o manipular tal diseño, como hijos de Dios siempre creeremos en lo que él mismo instituyó, defenderemos los valores y principios bíblicos para que nuestras futuras generaciones sepan y vivan la verdad.

No fuimos creados por casualidad, no somos lo que somos por error o porque Dios se equivocó, Él tiene claro lo que formó y diseñó. Si hoy algo ha sido cambiado, es porque el hombre así lo ha hecho. Mientras tanto yo creo y veo que mi familia es y será el diseño de Dios.

Génesis 12:3Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra”.

Salmo 139:13,16 “Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre”.
“Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos”.

miércoles, 3 de agosto de 2016

¿El que peca y reza empata?



Definitivamente muchos considerarían dar una respuesta positiva a esta pregunta pero ¿Acaso esto se pesa en una balanza?

Lucas 3:8 dice: haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento...

El problema ya no radica en la aceptación, este radica en el arrepentimiento. Por supuesto que Dios es fiel y justo para perdonarnos, pero debemos tener el suficiente coraje para reconocer nuestros errores. Pretendemos recibir su perdón tan fácil como comprar un dulce, y aun así, él cedería, pero no se trata de medir su amor poniéndole a prueba, todo se trata de lo transparente que seas.

Son nuestros errores los que forman distancia entre Dios y nosotros convenciendo a nuestro corazón de que él ya no nos ama, pero ¡hey! ¿Recuerdas el libro de romanos? Bueno, si lo recuerdas podrás saber que allí claramente dice: nada nos podrá separar del de amor de Dios.

Podemos disfrutar de su amor sin antes habernos equivocado. No esperes a que tus errores se conviertan en el lazo de comunicación con él.

Recuerda: Quien ora tiene la capacidad de olvidar equivocarse.

Andrés Murillo