agosto 2015

viernes, 21 de agosto de 2015

Dios no tiene favoritos, tiene íntimos Cap 1



NUEVA CULTURA DE ADORACIÓN.

Embajada del cielo.
Yo soy Brasileño pero vivo en Argentina hace ocho años, y sé lo que es un cambio de cultura. Aprendí que cuando pasamos por la cruz no solamente morimos a una vida de pecado sino también a todos los hábitos y costumbres adquiridos en el lugar donde crecimos. ¡Así que ya no soy Brasileño, ni Argentino, sino ciudadano del Reino de los cielos!

Una vez fui a la embajada de Brasil en Argentina, Allí me recibieron hablando en portugués, diciéndome que podría hacer todos los tramites que quisiera, y que ahí tenia inmunidad política. Lo que afecta a Argentina no tiene efecto ahí, porque la embajada es un pedazo de Brasil en Argentina. Entonces escuche una voz en mi interior que me dijo: "¡Este es el modelo que quiero para mi iglesia!"

Como iglesia, estamos en la tierra como la "embajada del Reino de los cielos". ¡Cada congregación donde nos reunimos a adorar tiene que ser un pedacito del cielo para la tierra,  el que se acerque tiene que ser transformado! Un lugar donde nos reunimos y hablamos un mismo idioma: la fe.

Un lugar donde las leyes que gobiernan las naciones no necesariamente nos gobiernan a nosotros, un lugar donde tenemos inmunidad diplomática, protección y seguridad divina.

"Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha,
pero a ti no te afectará".
Salmos 91:7 (NVI)

El sueño de Dios es cambiar la cultura y no adaptarnos a ella.

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Dios no tiene favoritos, tiene íntimos Cap 1


  

NUEVA CULTURA DE ADORACIÓN.

Durante un momento de música dirigido por un ministro que yo no conocía, sentí esa presencia irresistible que no necesito explicar mucho porque creo que has sentido alguna vez. Yo estaba tirado en el piso sintiendo convicción de los pecados que había en mi y que me alejaban de Dios, cuando de repente vi un par de ojos que me miraban fijamente. No los vi físicamente, fue una impresión espiritual pero muy real. Era Jesús.

Me miro me llamo por mi nombre y dijo:"¡Tengo un sueño!" Y esa frase comenzó a resonar en todo mi interior: Tengo un sueño, tengo un sueño...Fue tan fuerte y tan impresionante que parecía que consumía todo mi ser. Fue cuando mi religiosidad y mi egoísmo fueron confrontados.

Cuando Jesús me dijo: "Tengo un sueño", esa simple frase consumió mis sueños personales, mis ideas, mis pensamientos y mis ganas de hacer algo basado en mi egoísmo. Entonces solo pude contestar: "Voy a vivir para realizar tus sueños". Jesús siguió hablando y dijo: "Quiero tomar mi lugar en las naciones y lo voy hacer a través de mi iglesia". ¿Por qué Jesus quiere tomar su lugar en algo que es de Él? Fue cuando me di cuenta que Él "dio" la tierra, que Él creó a los hombres.


"Los cielos son los cielos del señor, pero la tierra
ha dado a los hijos de los hombres"
Salmos 115:16

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martes, 18 de agosto de 2015

CONFIANZA VERDAD Y JUSTICIA




Pues la palabra del SEÑOR es verdadera y podemos confiar en todo lo que él hace. Él ama lo que es justo y bueno; el amor inagotable del SEÑOR llena la tierra.
Salmos 33:4-5 (NTV)

Hace un tiempo atrás, era raro escuchar que una mamá mató a su hijo o ver como hay en los colegios niños y niñas homosexuales, vemos como en la actualidad la confianza, el amor verdadero, lo bueno y lo justo están en vía de extinción en esta sociedad; que bueno es saber que nuestro Dios es fuente inagotable de ellos.

Muchas veces no entendemos lo que pasa en nuestra vida y creemos que vamos sin rumbo fijo, hasta dudamos de la soberanía de Dios, pero lo importante es saber que aunque no entendamos muchas veces su actuar, todo lo que hace es pensando en nuestro bien, que aún en medio de dolor y lágrimas él está actuando a nuestro favor.

Aun no he podido entender como las personas pueden vivir sin Dios, sabiendo que tienen vacios en su interior y que solo él puede llenarlos, no hay que dudar de su amor, ya que es suficiente y no excluye a nadie. Como no adorar a un Dios así que no mide su misericordia con nosotros, que aún siendo seres imperfectos nos amó, nos ama y nos seguirá amando.

María José Prasca.