¿El que peca y reza empata?
Definitivamente
muchos considerarían dar una respuesta positiva a esta pregunta pero ¿Acaso esto
se pesa en una balanza?
Lucas 3:8
dice: haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento...
El
problema ya no radica en la aceptación, este radica en el arrepentimiento. Por
supuesto que Dios es fiel y justo para perdonarnos, pero debemos tener el
suficiente coraje para reconocer nuestros errores. Pretendemos recibir su
perdón tan fácil como comprar un dulce, y aun así, él cedería, pero no se trata
de medir su amor poniéndole a prueba, todo se trata de lo transparente que
seas.
Son
nuestros errores los que forman distancia entre Dios y nosotros convenciendo a
nuestro corazón de que él ya no nos ama, pero ¡hey! ¿Recuerdas el libro de
romanos? Bueno, si lo recuerdas podrás saber que allí claramente dice: nada nos
podrá separar del de amor de Dios.
Podemos
disfrutar de su amor sin antes habernos equivocado. No esperes a que tus
errores se conviertan en el lazo de comunicación con él.
Recuerda:
Quien ora tiene la capacidad de olvidar equivocarse.
Andrés Murillo
Andrés Murillo
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