Fundidos como El Oro
“El oro para ser purificado debe ser pasado por el fuego”
El oro es fundido a una alta temperatura para
ser limpiado y en ese proceso este metal precioso se derrite casi
completamente. Me llamo mucho la atención que durante el proceso el oro no debe
exceder un calor estándar, es decir debe llegar a la temperatura precisa.
Una vez sale del horno es pasado por otro proceso
donde es golpeado para darle forma y finalmente al culminar todas las etapas,
sale resplandeciente y listo para agradar a los ojos de muchas personas; Siendo
así el metal más bello y de mayor valor.
Así pasa con nosotros, en muchas ocasiones en
nuestras vidas hay actitudes y cosas que necesitamos cambiar. Algo así como esa
vestimenta que opaca nuestra belleza interior y el brillo que Dios ha
depositado en nuestras vidas y de la cual debemos deshacernos.
En el horno de la aflicción nos hacemos
quebrantables y Dios puede trabajar con nuestro carácter a través del proceso
de fundición. En las pruebas estamos susceptibles y dispuestos a escuchar a
Dios hablar a nuestras vidas para aferrarnos a Él, es de esta manera donde
muchas veces se activa nuestra Fe (Cuando ya no tenemos nada más que perder).
Detrás de cada prueba Dios tiene un propósito establecido que obrara a bien,
aunque en el momento estemos metidos en
el horno; no lo podemos entender.
Cuando somos pasados por el fuego Dios no nos
deja solos, Él se mete con nosotros al horno y permanece a nuestro lado hasta
el final del proceso. Nunca nos hará pasar por situaciones que no podamos
enfrentar, y así como el oro no es sometido a un exceso en la temperatura, Dios
sabe la cantidad de calor que podemos soportar. Una vez que salimos del horno
nos encontramos libres de impurezas y de todo lo que nos impide brillar.
Dependiendo de cuanto se golpeado y pasado por
el fuego, así será el valor que tendrá el Oro. A nadie (Ni a ti, ni a mi) no
agrada ser pasados por el fuego, pero es necesario que así sea para que luego de haber superado todo
obstáculo seamos más fuertes. Cada golpe nos permitió crecer y adquirir el
brillo y el valor que Dios espera y quiere de nosotros. Nada mejor que ser
probados y estirados para ser Oro Puro en las manos de Dios, no hay nada mejor
que ser fundidos como el Oro.
Se trata de adquirir Resistencia, Paciencia,
Perfección y Valor.
La confianza que ustedes
tienen en Dios es como el oro: así como la calidad del oro se pone a prueba con
el fuego, la confianza que ustedes tienen en Dios se pone a prueba con los
problemas. Si ustedes pasan la prueba, su confianza será más valiosa que el
oro, pues el oro se puede destruir. Así, cuando Jesucristo aparezca, hablará
bien de la confianza que ustedes tienen en Dios, porque una confianza que ha
pasado por tantas pruebas merece ser alabada.
1 Pedro 1:7
Katia
Benítez
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