Aun estamos a tiempo

Aun estamos a tiempo

   7:23 p. m.       Julio Alejandro Tovar

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Aun estamos a tiempo

No sé si lo has vivido, pero el equivocarse o cometer un error puede acarrear que las personas desaten su lista juicio en contra de nosotros. Me gustaría decirles que en la vida lo más supremo es la comodidad económica, tener todo lo que has soñado, pero en realidad así no es. La biblia es un excelente manual de vida y muestra que tras todas las cosas que podamos desear, sean buenas o sean malas, en realidad hay alguno mucho más importante “El amor”.

Quise colocarle “Aún estamos a tiempo”, referente a la historia que contó Jesús en uno de los capítulos de mateo. 

Jesús también les dijo:

—¿Qué opinan ustedes de esto que voy a contarles? Un hombre tenía dos hijos, y le dijo al mayor de ellos: “Hijo, ve a trabajar en la viña.”

 »Él le respondió: “¡No quiero ir!”
»Pero después cambió de idea y fue a trabajar.
 »Luego el hombre también le dijo a su hijo menor que fuera a trabajar, y él le respondió: “¡Sí, señor, iré!”
»Pero el muchacho en verdad no fue.  ¿Cuál de los dos hijos hizo lo que el padre quería?

Los sacerdotes y los líderes contestaron:

—El hijo mayor hizo lo que el padre le pidió.

Jesús les dijo:

—Les aseguro que la gente de mala fama, como los cobradores de impuestos y las prostitutas, entrará al reino de Dios antes que ustedes.

Mateo 21:28-31

Traducción en lenguaje actual (TLA) Copyright © 2000 by United Bible Societies

Al leer esto no puedo dejar de pensar que el verdadero amor de un padre, es absolutamente desinteresado y anhela con todas sus fuerzas ser correspondido por sus hijos. Si miramos ambos hijos cometieron un error, El mayor le dijo que no y el menor no fue (falto a su palabra). Pero la verdadera enseñanza del amor de Dios radica en que la mejor actitud fue la del hijo mayor, ya que este luego de haber dicho que no, se da cuenta de su error y decide corresponder a su padre. El verdadero amor de Dios es que nos acepta a pesar de que nos equivocamos continuamente.

No necesitas estar completamente preparado para decidir entregar tu vida a Dios. Es más, El ni siquiera está poniendo condiciones para que tú lo puedas conocer, sino solamente que puedas decidir entregarte. Él está exactamente en el mismo lugar que tú y donde pueda ser correspondido por ti.

"Puede que para la gente seas alguien que no clasifica para creer en Dios, debido a las cosas que haces. Pero Dios prepara a sus hijos en medio del camino y los convierte en personas mucho más preciadas para su reino"

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Bendiciones  

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