ENVIDIA

viernes, 14 de agosto de 2015

ENVIDIA



Del latín invidĭa, la envidia es el deseo de obtener algo que posee otra persona y que uno carece. Se trata, por lo tanto, del pesar, la tristeza o el malestar por el bien ajeno. En este sentido, la envidia constituye el resentimiento (el sujeto no quiere mejorar su posición sino que desea que al otro le vaya peor). (Definición en la red de envidia)
Uno de los mayores errores en la vida consiste en mirar a los demás y desear lo que son o tienen. Hay personas que enfermas por este sentimiento dejan de disfrutar lo que poseen deseando siempre obtener lo ajeno o querer ser como ellos lo cual no sólo afecta a quien lo sufre sino a los de su alrededor. Cualquier persona en el mundo puede sentir envidia cuando dejando de ser agradecido quiere siempre más, aun cuando posea lo necesario o sea lo suficientemente bueno en lo que hace eso no lo satisface.

La envidia daña el corazón de las personas por el celo que en él se guarda, no está feliz, no está tranquilo, no está en paz hasta tener o ser como otro, incluso ver su caída. Pocas cosas en la vida destruyen tanto a alguien como este monstruo interior. Quizás algunos digan no sentirla, no ser dominados por ella, pero allí está, oculta y carcomiendo como las termitas, otros son más sinceros y reconocen sus sentimientos pero aun así no dejan de vivirlos o quizás no saben cómo apartarse de ellos.

En la biblia encontramos historias de personajes que vivieron la envidia en carne propia, los hermanos de José (Génesis 37) sintieron celos de él al ver como su padre Jacob lo consentía por ser el menor, esto lleno de odio sus corazones a punto de querer matarlo, sin embargo tuvieron un poco de compasión y decidieron venderlo como esclavo en Egipto, lo cual no deja de ser cruel. Por otro lado Saúl el rey de Israel también permitió que su corazón se envenenara de celo y envidia por David (2 Samuel 18) al ver como las mujeres del pueblo cantaban “Saúl mató a mil, pero David mató a 10.000” esto enfureció el alma del rey, Saúl ya no veía con los mismos ojos a David porque el pueblo lo estaba amando más que a él, era exitoso en las batallas y todos lo sabían.

Quizás si por algún momento los hermanos de José y Saúl hubiesen agradecido a Dios por dichas personas, si tan sólo hubiesen reconocido lo bueno que había ellos no con hipocresía sino con agradecimiento, y con humildad los hubiesen aceptado nunca quizás habrían vivido con el veneno de la envidia en sus corazones y a lo mejor las historias no habrían tenido fatales desenlaces.

En algún momento la sentí. Quería llegar a mi corazón sigilosamente cuando escuché las hermosas voces de unas nenas nuevas que llegaban al equipo de música de mi iglesia, y quién no estaba impactado!, todos quedaban boquiabiertos al escuchar sus talentos, yo también hacía parte del coro y cantaba pero no tanto como ellas. Mi corazón se sintió triste, y las admiré pero luego de ello las sentía como un estorbo en mí, sin embargo no dejé pasar mucho tiempo y corrí a Dios, le dije todo lo que sentía y que sabía que algo andaba mal, entonces allí Dios me hizo entender que debo agradecer. Sí, me enseñó a orar por ellas y en mi oración agradecerle por el talento que él mismo les dio; que agradeciera porque con sus voces él también estaba haciendo que otros le adoraran. Pero también me enseñó que así como le había dado un hermoso talento a ellas lo había hecho conmigo, aquello que puso en mi era de igual manera valioso.

No llenemos nuestro corazón de celo, de envidia, Jesús no enseña como agradecer por cada una de esas personas por las cuales has sentido envidia, sé agradecido siempre con lo que Dios te ha dado, agradece por tu familia, amigos y los que no son amigos también, disfruta sus éxitos, admíralos con humildad, la envidia sólo puede dañarnos,, crear amargura y odio, haciéndonos infelices y desagradecidos. Recuerda siempre que el mejor antídoto contra la envidia es el AGRADECIMIENTO.

Pues, donde hay envidias y ambiciones egoístas, 
también habrá desorden y toda clase de maldad”.  
 Santiago 3:16 (NTV)




AFORISMOS


La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren.
» Arthur Schopenhauer 

La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual. 
» Miguel de Unamuno

Pocos hombres tienen la fuerza de carácter suficiente para alegrase del éxito de un amigo sin sentir cierta envidia.  
» Esquilo   

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