Cuestión de Amor.

viernes, 16 de enero de 2015

Cuestión de Amor.



Hoy pensaba en lo difícil que es Amar. ¡Y vaya que es realmente Difícil!

Sé que se preguntarán ¿cómo puede ser difícil?; si nos enamoramos con frecuencia y queremos a nuestra familia y amigos... pero es que yo no me refiero a amar a aquellas personas que nos aman, que nos miman, que nos pechichan, que nos tratan bien y que hasta en muchas ocasiones nos adulan.

¡No! a esas no...ah, ah...
¿Qué tiene de difícil amar al que te ama?
>R/ Nada.

Bueno, a menos que sea uno de esos admiradores(as) que rayan en la locura jejejeje… pero en serio, Amar a los que nos hacen bien es tan fácil como respirar. La diversión, sí es que le podemos llamar así, está en hacerlo de la manera en que aparece planteado en la Palaba de Dios, en muchos de sus libros.

Empezando por Levíticos 19:18 donde el Señor entrega a Moisés las tablas de la ley y después de dejarnos como primer mandamiento que lo amemos a Él sobre Todas Las Cosas, dejó claro lo que seguía a continuación: "AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO"
¡Tremendo esto!...
Muchos y me incluyo, crecimos con la idea errónea del significado de "prójimo" (próximo)..."Prójimo" no solo es aquel que te ama; Prójimo es el vecino chismoso, el compañero de clases abusivo, el profesor cuchilla que todos odian, el Jefe injusto, el hermano peleonero, los padres regañones, etc. Todos ellos  con sus defectos son el prójimo, nos guste o no y créanme una vez más… Generalmente no nos gusta. Jajajaja.

Lo que me llama la atención de todo esto, es que buscando entre los muchos versículos de la Biblia donde se habla del amor al prójimo, El Señor me confrontó:
Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.
1 Juan 4: 20 - 21

Después de leer esto, pensaba en cómo yo, que decía  amar a Dios sobre todas las cosas no podía amar al prójimo (Ese tan mencionado amor en muchos casos solo llegaba a ser menos q tolerancia). ¡WAO!
¡Volví a estar en shock! Y comprendí; No estoy amando al Padre como Él quiere.

(ESPERO PODER TRANSMITIR MI FRUSTRACIÓN ACERCA DE ESTA REVELACIÓN EN MI VIDA).

Entonces ¿Qué podía hacer?
¿Dejar de amar a Dios? ¡Ja! ¡Ni Soñarlo! ¡Eso Jamás!

Definitivamente debía tomar el camino doloroso, ya que cuando amamos a  nuestros padres, hermanos, amigos, a nuestra pareja. Siempre estamos dispuestos a sacrificarnos por ellos.
Entonces, ¿Por qué no esforzarme por aquél que dio a su único Hijo para que yo viviera?, ¿Aquél que me dio la salvación por su Misericordia y Gracia?, aquel que permite simplemente que me levante cada día a disfrutar de su creación, de su presencia, de su cuidado... ¡Ah!, Claro que puedo hacerlo!, >que ¿me cuesta horrores? sí, >que ¿fallo  en el intento?, montones de veces, >que ¿me han lastimado en el proceso?, Nadie dijo que sería fácil.

Pero lo más maravilloso de todo, es que el Señor será siempre mí refugio, mí fortaleza, mí consolador y mí sustento mientras trato de  demostrarle que puedo hacer muchas cosas por Su amor.

Bendiciones


Carolina Suarez.

1 comentario :

  1. Para amar debemos tener la visión de Dios, lo que le hace a Él no mirar nuestros pecados pasados, lo que le permite perdonarnos una y otra vez, se llama misericordia, que no es lástima, ni sacrificio, es mirar por encima de los errores, es algo sin condición. Debemos aprender a mirar el corazón y para aprender a hacerlo debemos aprender a escudriñar el corazón de Dios.

    ResponderEliminar