Mirando lo más Profundo de Tu Corazón
>Mi amigo solo me pregunto: ¿Que pasa?
Sus palabras me marcaron y a la vez sentí como si la hubieran impregnado en mi mente.
Recuerdo que ese día hicimos muchas cosas y llegue a mi casa cansada y agotada hasta que me fui a descansar, pero aun antes de quedarme dormida recordé las palabras de mi amigo, que con el pasar de las horas rebotaban en mi mente, encendí mi lámpara, saque mi biblia y mi libreta de apuntes en ese momento vino a mi mente un versículo bíblico muy conocido para muchos.
1 SAMUEL 16-7 Pero Dios Le Dijo A <<Samuel, No te fijes En su apariencia Ni en Su Gran Estatura. ESTE no Es Mi Elegido. YO no. Me Fijo en las Apariencias sino En El Corazón
>> ¡Si! Justamente esa Palabra me dejó en shock y solo pensé: “hoy Dios me dará una gran lección”
Se preguntaran ¿Qué tiene que ver este pasaje con lo que dije al principio?, tiene que ver mucho y es que hay ocasiones en las que nos sentimos en poco ante los demás o en algún momento de nuestra vida nos hemos sentido que no podemos hacer algo, porqué miramos que otras personas pueden hacerlo mucho mejor y cuando tú lo vas hacer te miras y solo dices: “no puedo, esto definitivamente no es para mí, esto le quedará mejor a mi amigo que ese si tiene la capacidad de hacerlo” y es allí donde empieza todo, somos unos expertos en desconfiar en ciertos momentos de nuestras capacidades, tal vez porque hemos recibido el mensaje incorrecto de personas que te dicen nunca podrás, porqué tienen en poco todo lo que haces.
Sabes nuestro peor enemigo es nuestra mente porqué ella conoce nuestras debilidades y es ahí donde empieza esa batalla.
Cuando Dios le pidió a Samuel que fuere a ungir a David, él tuvo que observar a sus hermanos, me imagino que eran grandes y fuertes con grandes músculos y el pobre David delgado, sencillo, sin tanta complejidad y me imagino a Samuel mirando a todos y cuando justamente mira a Eliab, él dice: ¡éste es! pero no, nada, no era a Eliab a quien Dios quería.
Es en ese momento donde Dios dice: “no mires la apariencia sino el corazón”, hasta que vio a David y lo dio por escogido, tal vez no todos estaban de acuerdo de la elección, es algo que entendí. En ese instante en que Dios te escoge a ti, no importa lo que piensen los demás, hasta no importa lo que pienses tú, porque es que cuando Él te llama hacer algo, ¡conoce que tienes las capacidades para hacerlo!
Es cierto que habrán personas que se reirán de ti, que te tendrán en poco porqué tal vez seas joven y hasta tú mismo te dirás no puedo y te menospreciaras, pero hoy yo entiendo que Dios ve más allá, Él ve nuestra esencia, que son las intenciones de nuestro corazón. Él ve nuestro interior, me refiero a lo que sale de nuestras entrañas, a la parte más profunda de nuestro ser, es ese corazón transparente y genuino que se sensibiliza al estar en su presencia, ese corazón que late demasiado fuerte cuando esta cara con él.
Katia Benitez Carrasco